Stanley gira por el suelo y muerde un juguete de plástico
mientras los estudiantes de Derecho deambulan como zombis y
ocasionalmente muestran una amplia sonrisa en sus cansados rostros
al ver al cachorro. Terapia canina, justo a tiempo para la semana
de exámenes de fin de curso.
De la Universidad Kent State en Ohio al Macalester College en
Minnesota, cada vez más perritos pasean por las instalaciones
universitarias durante el periodo de exámenes para ayudar a que los
estudiantes se relajen e incluso sonrían un poco.
"Tuvimos un estudiante que venía y un miembro del personal comentó que nunca antes había visto a ese alumno sonreír", dijo Richelle Reid, una bibliotecaria del área de Derecho que inició el programa de terapia de mascotas en Emory este año luego de enterarse de la existencia de uno similar en la Universidad de California en San Francisco. "Ha tenido efectos positivos, ayudando (a los estudiantes) a darse el tiempo para despejarse y no tener que pensar siempre en los estudios, no tener que pensar en los libros".
Los cachorros se encuentran en centros de asesoría para que los estudiantes los vean con regularidad. Además, empleados docentes y administrativos llevan sus propias mascotas para levantar el ánimo.
Los dormitorios con mascotas también están surgiendo para que los estudiantes puedan llevar a sus perros o gatos a la universidad al volver de casa.
Y si un estudiante desea tomar una mascota a préstamo, es posible que lo haga en la Escuela de Medicina de Harvard o en la Facultad de Derecho de Yale, que cuentan con perros para terapias en sus bibliotecas, mismos que pueden ser prestados al estudiante que muestre su credencial, tal como saca los libros.
Algunos como Cooper, el perro Shih Tzu que vive en la Escuela de Medicina de Harvard, cuentan con horas de atención. La investigadora Loise Francisco-Anderson, dueña de Cooper, dijo haber obtenido el permiso para llevar al perro a la universidad luego que su esposo leyó que la Facultad de Derecho de Yale cuenta con un can terapéutico llamado Monty.
Cooper, que viste una bufanda carmesí con huellas de perro, es tan famoso que los estudiantes de licenciatura han pedido que el perro pase tiempo con ellos en su zona del campus universitario. Muchos de ellos toman el autobús martes y jueves para cruzar el río hacia la Facultad de Medicina sólo con el fin de visitar al cachorro.
Los estudios muestran que la interacción con mascotas disminuye en la persona los niveles de cortisol -hormona que se libera como respuesta al estrés- e incrementa las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Sin embargo, existen pocos estudios sobre la manera en que los programas de mascotas en las instalaciones universitarias ayudan a los estudiantes a hacerle frente al estrés.
"Tuvimos un estudiante que venía y un miembro del personal comentó que nunca antes había visto a ese alumno sonreír", dijo Richelle Reid, una bibliotecaria del área de Derecho que inició el programa de terapia de mascotas en Emory este año luego de enterarse de la existencia de uno similar en la Universidad de California en San Francisco. "Ha tenido efectos positivos, ayudando (a los estudiantes) a darse el tiempo para despejarse y no tener que pensar siempre en los estudios, no tener que pensar en los libros".
Los cachorros se encuentran en centros de asesoría para que los estudiantes los vean con regularidad. Además, empleados docentes y administrativos llevan sus propias mascotas para levantar el ánimo.
Los dormitorios con mascotas también están surgiendo para que los estudiantes puedan llevar a sus perros o gatos a la universidad al volver de casa.
Y si un estudiante desea tomar una mascota a préstamo, es posible que lo haga en la Escuela de Medicina de Harvard o en la Facultad de Derecho de Yale, que cuentan con perros para terapias en sus bibliotecas, mismos que pueden ser prestados al estudiante que muestre su credencial, tal como saca los libros.
Algunos como Cooper, el perro Shih Tzu que vive en la Escuela de Medicina de Harvard, cuentan con horas de atención. La investigadora Loise Francisco-Anderson, dueña de Cooper, dijo haber obtenido el permiso para llevar al perro a la universidad luego que su esposo leyó que la Facultad de Derecho de Yale cuenta con un can terapéutico llamado Monty.
Cooper, que viste una bufanda carmesí con huellas de perro, es tan famoso que los estudiantes de licenciatura han pedido que el perro pase tiempo con ellos en su zona del campus universitario. Muchos de ellos toman el autobús martes y jueves para cruzar el río hacia la Facultad de Medicina sólo con el fin de visitar al cachorro.
Los estudios muestran que la interacción con mascotas disminuye en la persona los niveles de cortisol -hormona que se libera como respuesta al estrés- e incrementa las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Sin embargo, existen pocos estudios sobre la manera en que los programas de mascotas en las instalaciones universitarias ayudan a los estudiantes a hacerle frente al estrés.
Récord Guinness por surfear una ola de 23,7 metros
El surfista Garrett McNamara, de 44 años y especialista en olas altas, dijo a The Associated Press que el recorrido de su vida fue producto de la casualidad.Explicó que originalmente no deseaba surfear ese día. Dejó pasar varias olas, incluso mejores, en el mismo lugar, sobre un abismo submarino conocido como uno de los mayores generadores de olas del mundo.
"En verdad estaba molido esa mañana", dijo. "Ese día, no quería ni levantarme de la cama".
Cambió de parecer ante la insistencia de sus amigos, una vez que se metieron al océano y él ayudó a otros a montar unas cuantas olas.
"Todo coincidió", dijo McNamara el jueves. "Todo se sentía listo".
Un video de la hazaña muestra la imagen diminuta de McNamara, de 1,78 metros (5 pies 10 pulgadas), cuando enfrenta un muro de agua mientras suelta una soga de ascenso y empieza a montar la ola en Praia do Norte.
Desaparece brevemente mientras la ola rompe, unos 10 segundos después de haber comenzado a montarla. Luego acelera y resurge de entre el cuerpo de la ola mientras el oleaje se disipa con rapidez.
"Supe que era grande, pero no sabía cuánto", agregó.
McNamara dijo que al principio no le importó saber si la ola había implantado una marca pero fue exhortado por los residentes de Nazare, Portugal, a que obtuviera algún tipo de confirmación. Indicó que envió el video y las fotografías a la leyenda del surf y juez de Billabong, Sean Collins, quien calculó que la ola tuvo una altura de entre 26 y 27,5 metros (85 a 90 pies). Collins falleció en diciembre.
El récord se hizo oficial una semana después de que McNamara recibió un premio de 15.000 dólares por esa misma proeza, en la entrega de los Billabong XXL Global Big Wave Awards en California.
Uno de los fundadores de Facebook renunció a la ciudadanía de EEUU para evadir impuestos
averin tiene una fortuna que esta valuada en casi 3.400 millones de dólares, por su participación accionaria en la red social, que el próximo 17 de mayo comenzará a operar en la bolsa de los Estados Unidos.La empresa podría alcanzar una valoración bursátil de entre 70 mil y 87.5000 millones de dólares en su estreno en Wall Street.
Eduardo Saverin es uno de los fundadores de Facebook y decidió renunciar a su ciudadanía norteamericana para evitar así pagar impuestos por su participación en la red social, que se estima es de entre el 2 y el 4 por ciento.
Nacido en Brasil pero en la actualidad residente en Singapur, el empresario aparece en el listado de personas que hicieron pública su renuncia a la nacionalidad que se difundió el pasado 30 de abril.
Los ciudadanos estadounidenses están obligados a pagar impuestos sobre sus ingresos en todo el mundo, incluso en caso de que no residan en los Estados Unidos.
En Singapur, Saverin podría eludir en gran medida esta imposición, ya que la ciudad-estado no grava los ingresos de origen extranjero.
Fuente laflecha.net
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